A gloria del Athletic

Un día bastante lieve de noticias nos deja reflejar sobre un equipo antiguo y valorado, que no agita demasiadas portadas por su falta de fichajes de escándalo. Un equipo que hace sólo un par de días se ha ganado la Supercopa de España, de forma verdaderamente espectacular. Su primera en 31 años. Las celebraciones, dignas de una selección que se acaba de ganar un Mundial. Sólo faltaba la deseada gabarra.

En un mundo donde el valor del equipo se  estima gracias a los millones de euros que se revuelven alrededor de sus jugadores, el Athletic queda valiente en medio de las corrientes, sin deseo de desplomarse. Sus jugadores son de Euskadi, casi que no se recuerdan casos de deportistas extranjeros. No hay traspasos enormes que dividen al público, ni escándalos financieros. Sino jóvenes futbolistas cuyo sueño se cumple, al entrar al césped del San Mamés. Por la mañana se les ve comprando pan, por la tarde, marcando goles. Una sucesión que no cambiaba desde la fundación del club, a los finales del siglo XIX. Su forma de funcionar comprueba que a veces existen cosas que no hace falta cambiar. Durante toda su historia, nunca han bajado a la Segunda. Junto con los mejores, el Real Madrid y el FC Barcelona.

En Euskadi, el Athletic representa toda una religión que se refleja en el apoyo constante de los aficionados, vestidos de rojiblanco. Aunque en los últimos años, el número de nuevos amantes de los Vizcaínos, en todo el mundo, ha crecido. Muchos apoyan los valores del Athletic, aunque estuvieran lejos de la Península Ibérica. Lo hacen justo por sus actitudes únicas, y sus diferencias en comparación con el deporte moderno.  Mientras sus jugadores demuestran su fuerza, dedicación y lealtad. Motivos, por los que merecen toda una gabarra y mucho más.

Yo no voy a la Iglesia, yo voy a La Catedral.
Yo no creo en los milagros, creo en las remontadas.
Yo no sufro con el futbol, sufro con mi Athletic.
Yo no quiero ser campeón, yo SIEMPRE te veo campeón.
Yo no agito mi bandera, yo muestro los colores que tiñen mi corazón.
Yo no me pongo la camiseta, me pongo la piel.
Yo no quiero ganar, quiero verte ganar.
Yo no voy a ver un partido, voy a ver a mi Athletic.
Yo no animo 90 minutos, yo te animo hasta la muerte.
Nosotros no jugamos 11, jugamos 37.011.

ORAIN ETA BETI, GORA ATHLETIC!!!
AHORA Y SIEMPRE, AUPA ATHLETIC!!!